Desde que nacemos, tenemos la necesidad de construir relaciones con los demás y establecer lazos emocionales para desarrollarnos adecuadamente. Tu hijo necesita saber que le quieres a través de diferentes demostraciones de afecto y cariño, sentir que estarás ahí pase lo que pase y percibirse importante para ti.
Últimamente escuchamos mucho el concepto de apego pero, ¿sabes realmente lo que conlleva en la personalidad y la vida futura de tu hijo? Porque influir, influye bastante. ¿Empezamos?
LA TEORÍA DEL APEGO
La Teoría del Apego fue desarrollada por John Bowlby en la década de los 50 y describe el efecto que provoca la relación con la figura de apego primaria en el desarrollo del niño.
Pero, ¿a qué llamamos A P E G O?
La relación de apego es el conjunto de lazos afectivos que el niño establece con su madre durante el primer año de vida y la calidad de esta relación prefigurará (no determina al 100%) el resto de relaciones que tendrá ese niño en sus diferentes etapas evolutivas. Increíble, ¿verdad?
Y sí, digo madre con todas las letras y exclusivamente madre, ya que esta es la figura de apego primaria por naturaleza (a no ser que haya muerto o abandonado al bebé). El padre y las demás personas con las que convive el niño diariamente serían objetos secundarios de apego.
¿Te suena el término IMPRONTA? Es cuando las crías de animales reconocen a su madre nada más nacer (y la madre a las crías). Pues algo así sucede con los humanos.
PARA QUÉ SIRVE
En un primer momento, el famoso psicoanalista Sigmund Freud determinó que la necesidad primaria del ser humano era alimentarse. Sin embargo, comer se trata realmente de un impulso secundario en las personas.
Pongamos un ejemplo. Si tuvieras dos años y te encontraras solo en un bosque de noche, ¿pensarías en comer o en sentirte a salvo? Para poder alimentarnos, conciliar el sueño y aprender conceptos nuevos necesitamos primero sentirnos seguros en el momento y el lugar en el que estamos. Por ese motivo, dejar llorar a los niños trae infinitas consecuencias negativas.
Lo que no está tan claro es la finalidad del apego, el para qué.
Aunque, bien es cierto que sabemos que los humanos de hoy en día descendemos de aquellos homínidos bebés que lloraban y aquellos homínidos padres que les hacían caso. Por lo que, en aquella época, era algo fundamental para defenderse contra los depredadores y ha llegado hasta nosotros en forma de instinto de supervivencia.
Imagina a un bebé de hoy llorando de miedo por la noche pensando que puede venir alguna bestia enorme y zampárselo. Y tú dejándolo llorar para que “se acostumbre” y no “te tome el pelo”.
POR QUÉ ES IMPORTANTE
El apego es de gran importancia en la vida social de las personas, puesto que, gracias a él, podemos tener empatía, relaciones de amistad y cualquier tipo de afecto hacia los demás.
De manera resumida, el apego es importante porque:
- Favorece la supervivencia, teniendo muy cerca a sus progenitores para salvarse de cualquier peligro.
- Busca la seguridad en la figura de apego primaria. ¿Te suena la “angustia por separación” que aparece sobre los 8/9 meses? Ten en cuenta que los niños sólo van a explorar su mundo cuando se sientan seguros. La proximidad física madre-bebé garantiza la protección de este.
- Fomenta la salud, tanto física como emocional, creando vínculos afectivos estables.
- Tiene gran influencia en el desarrollo social del niño, ya que es con la figura de apego primaria con la que el niño aprende a comunicarse con el mundo.
- Ayuda en la adquisición del control emocional futuro. Los bebés no saben gestionar sus emociones porque desconocen lo que son y lo que sienten. Es la madre la que hace de espejo emocional, devolviendo al niño a un estado de tranquilidad, cuando se hace cargo de sus necesidades.
TIPOS DE APEGO
En 1978, Ainsworth, Blehar, Waters y Wall diseñaron un experimento, llamado “Test de la situación extraña”, donde se identifica el tipo de apego en niños de uno y dos años.
Gracias a este experimento, Ainsworth determinó los siguientes tipos de apego:
- Apego seguro.
Los niños con este tipo de apego protestan por la separación de su madre, disminuyen la exploración del lugar extraño, tienden a buscar proximidad y contacto con la madre cuando regresa y pueden seguir explorando el entorno con ella.
Este apego se consigue a través de un contacto adecuado continuo, afectuoso y sensible a las necesidades del niño.
En un futuro, son personas más estables, cálidas, con dominio intrapersonal, positivas y con relaciones satisfactorias.
- Apego inseguro (o ansioso) evitante.
Los niños con este tipo de apego no protestan en la separación ni buscan interacción con la madre cuando vuelve, es más, tienden a evitarla.
Este apego se encuentra en niños cuyos cuidadores muestran rechazo, rigidez, aversión al contacto y dificultad para regular sus emociones. La madre de este tipo de niños normalmente no atiende a estos y aprenden que es mejor no pedir ayuda, porque pedirla y no recibirla es algo muy doloroso para ellos.
Bien es cierto que no se trata de algo patológico, sin embargo, en un futuro suelen ser personas con inseguridad hacia los demás, que prefieren mantenerse distanciados.
- Apego inseguro resistente (o ambivalente).
Este tipo de apego lo tienen los niños que protestan mucho y tienen mucha ansiedad en la separación, tanto que no son capaces de tranquilizarse una vez que vuelve la madre.
Esto sucede cuando su cuidadora unas veces responde a sus necesidades y otras no, lo que hace que el niño llore el doble (o el triple) porque así cree que le hará caso más veces.
En el futuro, suelen ser personas que no tienen seguridad en los demás y adquieren un fuerte deseo de intimidad.
- Apego desorganizado.
Este tipo de apego ocurre en niños maltratados, cuyas conductas no se pueden incluir en ningún tipo de apego anterior. Sí es patológico, presentan mucha inseguridad y responden con conductas confusas, contradictorias y aprensivas a las relaciones con su figura de apego primaria.
En conclusión, se puede decir que el carácter definitivo del niño dependerá en gran medida de la forma en que haya sido tratado de pequeño o, dicho de otra manera, nuestra personalidad es la reacción al tipo de madre que nos ha tocado. ¿No es alucinante?
¡Y hasta aquí el post de hoy! Si tienes alguna pregunta, puedes escribirme en mi perfil de Instagram. Espero que te haya servido para conocer más a fondo este precioso tema y, si te ha encantado, compártelo para que llegue a más gente.